Bitches Brew

Colette y Stella Starlight vendían joyas en una boutique en el Lower East Side, ambas andaban metidas en el mundo de la moda y la música, vistiendo a sus amantes rockeros más famosos con terciopelo, collares y colores e imponiendo una moda dentro del Rock y el Jazz. Además, eran vasos conectores de toda la gentita de la contracultura neoyorquina, en una ocasión llevaron al estudio de la calle 17 del pintor alemán Mati Klarwein a Miles Davis (antes pasaron Jimi Hendrix, Buddy Miles, Duanne Allman, Osibisa etc..) creando de algún modo una “conexión” entre ellos, eran “Groupies de lujo” “Groupies emprendedoras”, Miles simplemente las llamaba “They are all bitches” y en ese mismo instante nació el “Bitches Brew”

Un andrógino Rey Jano dominaba la portada, y de sus rostros descendían dos manos que se juntaban simbólicamente. El cruce de manos y el cruce de dedos, una negra y otra blanca, la pareja que miraba al horizonte implicaba la simbología dual del álbum. La colaboración entre un pintor muy blanco (Mati) y un músico muy negro (Miles), involucra también la presencia de Betty Marbles. Madmoiselle Marbles hizo que Miles conociera la psicodelia, el funk, a Jimi Hendrix y al rock puro y duro y como retribución, quería que Betty apareciera en la portada. Carlos Santana decía sobre ella, “era una autentica y feroz pantera negra. No era posible domesticar a Betty Marbles” Betty aparecía en el diseño de la contraportada estallando en lágrimas y a Miles huyendo de ella en una bola arrastrando a “Machu Picchu”. Cuando se publicó el álbum Miles y Betty ya se habían separado: “demasiado joven y salvaje para mi” decía Miles. El art cover ya estaba hecho, sin embargo, Miles no quiso que apareciera Betty mandando de paseo a la contra carátula. Esta se metamorfoseo en el “Holy Terror” y tanto Betty como Miles se convirtieron en modelos accidentales de la caratula del grupo “The last poets”.

La preparación musical del “Bitches Brew” contemplo principalmente dos aspectos: La continuidad de lo iniciado en “In a silent way” y la selección y organización del conjunto: dos bajos, dos baterías, dos teclados y el alter ego de la trompeta: la guitarra, una “Big Band” verdaderamente innovadora, en este disco se estaba sepultando a la vieja “Big Band” dando paso a otra más poderosa aún. El arte del álbum de la doble carátula era una novedad para el jazz de fines de los 60 tas, el típico rostro del jazzista es cambiado por una imaginería del continente africano tan presente (y tan olvidado) en la cultura americana desde principios del siglo XX. Las caratulas dobles principalmente afectaban a grupos conceptuales y experimentales de avanzada, empezaba el guiño al rock. “Bitches Brew” era un retorno mental y visual al áfrica misteriosa.

Un “Woodabe”, nativos “Bororo”, una sub etnia del sur del rio Niger, aparece en el back cover en plena “Gerewol” (éxtasis) en el cortejo anual. Los jóvenes guerreros pintados de pies a cabeza se preparaban para el rito de la pareja con cantos y danzas. Miles Davis anunciaba el matrimonio del Jazz con el Rock.

Meddle

Tras las discrepancias del “Atom Heart Mother” (1970) y los solos del “Ummagumma”(1969), la gran recompensa del grupo fueron vacaciones prolongadas en el estudio surgiendo “Nada: partes 1 – 24”, “El hijo de nada”, “El regreso del hijo de nada” y así hasta tener 36 partes de nada. Así mientras “Nada” sucedía en el estudio, EMI publicó “Relics” (1970) una especie de “The best of” a pedido de la industria.
“Meddle” es el trabajo ordenado y en conjunto de los cuatro miembros de Floyd revelando una personalidad sugerente en la vanguardia y definiendo el sonido futuro del grupo. Una de las pocas veces que el grupo se sintió en condiciones plenas para trabajar en equipo y en plena armonía. “Meddle” entonces era la carta oculta que el grupo tenía para “la cara oculta de la luna” (1973). Su siguiente gran trabajo.

Circo del Rock’n’roll

La idea original de hacer un “circo del Rock’n’roll” nació después de la conferencia de prensa del lanzamiento del “Their Satanic Majestic Request” Brian Jones empezó a tirar pedazos de torta entre los miembros del grupo y se le ocurrió la brillante idea de hacer un verdadero circo del Rock’n’roll. Al año siguiente Mick se hizo “cargo” de la idea de Brian y propuso hace el “R’R Circus” tal cual se lo conto Brian, este ignoraba que iba a ser su última presentación pública con los Stones.
El evento fue registrado en InterTel, una agencia de video independiente en Stone Bridge House en Wembley. Los primeros días de diciembre Glyn Johns y Jimmy Miller se encargaron de la grabación del audio y el video del Show en el estudio móvil de Olimpic Studios donde al final se realizó todo el circo. Los ensayos fueron el 6 de diciembre en el Marquee Club y la grabación preliminar fue el 8 de diciembre en los estudios Olympic Sound y el photocall fue al mediodía del 9 de diciembre.

El día asignado para la filmación fue el 11 diciembre de 1968, se invitó al supergrupo “Cream” entre otros, pero el trio se disolvió justo antes del día del rodaje. Se invitó a “Traffic” pero declinaron la invitación. Tommy Iommy toco con “Jethro Tull” por la intempestiva partida de Mick Abrahams, guitarrista de Jethro, Ian Anderson presentó en sociedad su largo abrigo que su padre le regaló como única herencia para su vida artística. Este atuendo seria la marca de la imagen del grupo. Se dice que los Who opacaron a los Stones, “The Who” venia de una gira y estaban en plena forma, los Stones estaban en para y no es sino cerca de las 5 am que tocaron, de ahí la reticencia de Jagger a estrenar el documental. Cosa parecida ocurrió en Woodstock con “CC Revival”.
Los Stones mantuvieron entonces bajo siete llaves esta producción, los que habíamos visto las fotos del “Circus” en la revista Pelo y otras publicaciones entre el 69 -70, siempre nos preguntamos que había sido de este mítico show. No fue sino hasta 1996 que por medio de un trabajo en la librería del británico que pude tenerlo entre manos y verlo por fin, luego de más de 25 años de espera. La primera publicación llego en formato VHS y luego en DVD, formatos que mantengo hasta ahora. Este vinilo había decidido no abrirlo nunca, pero ya ven como es de veleidosa la vida del chatarrero de sangre y cielo

The wall

¿Cómo es que Roger Waters uso el escupitajo, punta de lanza del uso cotidiano de los punks, sin ser punk , para la creación de esta monumental obra? “The Wall” es un trabajo hecho por Roger Waters para Roger Waters. El antecedente histórico similar más inmediato ocurrió cuando Lennon se refirió sobre el “Let it Be” “es un disco hecho por Paul para Paul”. Ya en el “Dark Side of the Moon” David Gilmore decía sobre el contenido “ya sabes son temas que existen en la mente de Roger», después, un trémulo Rick Wright se lamentaba en los preparativos del álbum “… y son los mismos aburridos temas que tanto le obsesiona.”
El último show de “In the Flesh Tour” tuvo lugar el 6 de julio de 1977 en el recién inaugurado olímpico de Montreal en Canadá. Señalo esta fecha por que dentro de la historia del grupo y del Rock en general ocurrió un hecho que afectaría seriamente a la banda. Roger Waters agredió a un miembro del público, un fan que no dejaba de pedir a los gritos temas para que tocasen y que reventaba cuetes afectando el normal desarrollo de la banda, entonces Waters le pidió que se acercara y cuando lo tuvo cerca le lanzó un soberano pollo.

“The Wall” se lanzó un 30 de noviembre de 1979, presionado por la disquera que quería el disco antes de la navidad a cambio de mayor participación en las regalías. En el camino, dejaron fuera del grupo al tecladista Rick Wright, al manager de la banda Steve O’Rourke, al diseñador de todas las caratulas de la banda, Storm Thorgerson y se iba a llamar en un principio “Bricks on the Wall”. A estas alturas Waters era el ladrillero neurótico dueño de la Pink Floyd Inc. El siguiente disco de la banda sería la lógica prolongación de “The Wall” y se llamaría “Spare Bricks “ al final quedó como “The Final Cut” un “Réquiem para un sueño de la post guerra” por Roger Waters con la actuación del Pink Floyd.
«The Wall» cumple hoy 44 años
Las fotografías pertenecen a Miguel Angel Bellido Almeyda en la primera visita de Roger Waters a Lima.